Ni tan bueno, ni tan bonito, ni tan barato... ES FALSO !!
Podríamos estar hablando de cualquier céntrica calle, avenida, paseo marítimo o mercadillo concurrido del país. Caminamos entre la gente, y de repente se observa un grupo de personas parada rodeando lo que parece ser un puesto de venta ambulante que parece estar vendiendo algo, al acercarnos… ¡BINGO! , se puede observar como expone a la venta productos de «alta gama» y de las marcas punteras a nivel mundial… bolsos, perfumes, relojes, ropa, tabaco, medicamentos, etc, y por supuesto a precios de ganga. Hablamos evidentemente de falsificaciones.
Las piratería y falsificaciones de marcas suponen al año unas perdidas en España de más de 6700 millones de euros según el último estudio de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) para el año analizado de 2019 (ver informe), lo que conlleva un desangrado en los beneficios de cualquier marca o compañía que sea objetivo de los falsificadores, en primer lugar porque dejan de ingresar por la no venta de esos productos y en segundo lugar y no menos importante por la perdida de prestigio de la marca al ver expuestos «sus productos» en lugares no apropiados según sus estándares de calidad, marketing e imagen establecidos, por lo tanto no solo se pierde dinero por la no venta, sino también se produce un deterioro de la propia imagen de la compañía.
Por supuesto en los últimos años, los puntos de ventas de estas falsificaciones se ha multiplicado por la existencia de internet, donde a un clic se puede encontrar productos falsificados de casi cualquier tipo.
¿Que puede hacer una marca para combatir la piratería de sus productos?
Básicamente, la compañía que sea objeto de falsificación y piratería de sus productos, puede tomar dos caminos. El primero, resignarse y no tomar medidas, lo que con mucha probabilidad terminara por afectar en gran medida la viabilidad de la marca a medio-largo plazo, o puede tomar medidas para minimizar lo máximo posible la expansión de esos productos falsificados. Para ello, puede confiar y esperar, a que bajo denuncia planteada por la empresa, o por actuación de oficio las fuerzas y cuerpos de seguridad actúen al respecto, o por otro lado, la marca puede actuar de forma más activa y contar con los servicios de una agencia de investigación para obtener informes y pruebas aportadas por detectives privados legalmente habilitados por el Ministerio del Interior a través de Dirección General de la Policía, cuyas pruebas pueden presentadas ante la autoridad policial competente para que intervenga y aportadas en sede judicial como pruebas válidas legalmente obtenidas.